viernes, 31 de diciembre de 2010

DA VINCI

Leonardo Da Vinci es uno de los grandes maestros del Renacimiento, famoso como pintor, escultor, arquitecto, ingeniero y científico. Su profundo amor por el conocimiento y la investigación fueron la clave de su obra. Sus innovaciones en el campo de la pintura determinaron la
evolución del arte italiano durante más de un siglo después de su muerte. Sus investigaciones científicas, sobre todo en las áreas de anatomía, óptica e hidráulica, anticiparon muchos de los avances de la ciencia moderna.
Leonardo di Ser Piero da Vinci nació el 15 de abril de 1452 en una casa de Anchiano, a tres kilómetros del pueblo toscano de Vinci, siendo hijo natural e ilegítimo de Ser Piero da Vinci, un prominente notario florentino. Fue criado en la casa de su abuelo paterno y Ser Piero arregló que la madre, una campesina llamada Caterina, se casara con un aldeano vecino, mientras que él se casó con otra mujer.

Más tarde, sus padres tuvieron más hijos, cada uno en su respectivo matrimonio, lo que le dio a Leonardo un total de 17 medios hermanos y hermanas, con quienes siempre mantuvo contacto.
Alos
15 años, su padre lo envió como aprendiz al taller de Andrea del Verrocchio, el artista más importante de Florencia, escultor, pintor y orfebre. El joven también estudió la anatomía humana, participando en la disección de cadáveres de criminales en la facultad médica. Entonces no existían la refrigeración o la conservación con formol y los cuerpos se descomponían muy rápido, por lo que Leonardo trabajaba velozmente, realizando observaciones y apuntes, movido por su gran curiosidad. A los 20 años ya era maestro independiente, con un estilo propio y original, permaneció como asistente en el taller de Verocchio, interesándose mucho por descubrir nuevas técnicas para trabajar al óleo. Su reputación crecía y los encargos aumentaban. Se dice que su talento era tal, que Verocchio decidió ya no pintar más.
a los 30 años se trasladó a Milán, donde entró al servicio de Ludovico Sforza, Duque de Milán y embajador de Florencia, tras haberle escrito una carta en la que el artista se ofrecía como pintor, escultor y arquitecto, además de ingeniero, inventor e hidráulico. Afirmaba que podía construir puentes portátiles, que conocía las técnicas para realizar bombardeos, construir barcos y vehículos acorazados, cañones, catapultas y otras máquinas de guerra.
La obra más importante del periodo milanés de Leonardo son las dos versiones de la "Virgen de las Rocas", donde aplica el esquema de composición triangular que encierra a la Virgen, el Niño, San Juan y el Ángel, y por otro lado, utiliza por primera vez la técnica del sfumato.
Durante dos años trabajó en su obra maestra "La Última Cena", pintura mural para el refectorio del monasterio de Santa Maria delle Grazie, en la que recrea un tema tradicional de manera completamente nueva. En lugar de mostrar a los doce Apóstoles aislados, los presenta agrupados de tres en tres, dentro de una dinámica composición.
Desgraciadamente, su empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a su rápido deterioro tres años después. Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y la pintura resistió a varias guerras, incluyendo los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
También parece bastante probado que Leonardo era homosexual, que sufrió persecución por este hecho y que estuvo a punto de enfrentarse a la Inquisición. Sus protectores consiguieron siempre que eludiera el juicio público, que en otros casos terminaba con la quema en la hoguera de los supuestamente culpables. En cualquier caso, Leonardo permaneció soltero y sin hijos.
Tras su muerte, Leonardo se convirtió en el paradigma del "hombre del Renacimiento", dedicado a múltiples investigaciones científicas y artísticas. Un creador en todas las ramas del arte, un descubridor en la mayoría de los campos de la ciencia, un innovador en el terreno tecnológico, Leonardo merece por ello el título de Homo Universalis.

Leonado da Vinci es el prototipo de hombre del Renacimiento, que cultivó el arte, el pensamiento, la ciencia y la tecnología, ayudando a llevar a un mundo ignorante y supersticioso al camino de la razón, la ciencia, el aprendizaje y la tolerancia.

Leonardo fue pintor, escultor, ingeniero, arquitecto, físico, biólogo, modisto, inventor de juegos de salón y de utensilios de cocina, geólogo, cartógrafo, autor de tratados de óptica, diseñador de jardines, decorador de interiores, músico, astrónomo y urbanista. En cada una de estas facetas sus capacidades asombraron a sus contemporáneos.

Tenía una excelente voz como cantante y era un virtuoso ejecutante de la lira, pero tan fuerte que era capaz de doblar con los dedos la herradura de un caballo. Se dice que era muy guapo, por lo que sirvió de modelo, cuando era joven, para el David de Verrocchio y, de viejo, para el Platón de Rafael.


Las obras de arte de Leonardo

entre sus obras mas sobbresalintes se encuentran:

La Gioconda, Retrato de Mona Lisa










Troya - Trailer Español

El nombre de la Rosa: censura y control

Renacimiento

Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.

El Renacimiento es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.

El nombre «renacimiento» se utilizó porque éste retomaba los elementos de la cultura clásica. El término simboliza la reactivación del conocimiento y el progreso tras siglos de predominio de un tipo de mentalidad dogmática establecida en la Europa de la Edad Media. Esta nueva etapa planteó una nueva forma de ver el mundo y al ser humano, el interés por las artes, la política y las ciencias, revisando el teocentrismo medieval y sustituyéndolo por cierto antropocentrismo.

El historiador y artista Giorgio Vasari había formulado una idea determinante, el nuevo nacimiento del arte antiguo, que presuponía una marcada conciencia histórica individual, fenómeno completamente nuevo en la actitud espiritual del artista.

De hecho, el Renacimiento rompió, conscientemente, con la tradición artística de la Edad Media, a la que calificó como un estilo de bárbaros, que más tarde recibirá el calificativo de gótico. Con la misma conciencia, el movimiento renacentista se opuso al arte contemporáneo del norte de Europa.

Desde una perspectiva de la evolución artística general de Europa, el Renacimiento significó una «ruptura» con la unidad estilística que hasta ese momento había sido «supranacional».

Sobre el significado del concepto de Renacimiento y sobre su cronología se ha discutido muchísimo; generalmente, con el término «humanismo» se indica el proceso innovador, inspirado en la Antigüedad clásica y en la consolidación de la importancia del hombre en la organización de las realidades histórica y natural que se aplicó en los siglos XV y XVI.

El Renacimiento no fue un fenómeno unitario desde los puntos de vista cronológico y geográfico. Su ámbito se limitó a la cultura europea y a los territorios americanos recién descubiertos, a los que las novedades renacentistas llegaron tardíamente. Su desarrollo coincidió con el inicio de la Edad Moderna, marcada por la consolidación de los Estados europeos, los viajes transoceánicos que pusieron en contacto a Europa y América, la descomposición del feudalismo, el ascenso de la burguesía y la afirmación del capitalismo. Sin embargo, muchos de estos fenómenos rebasan por su magnitud y mayor extensión en el tiempo el ámbito renacentista.

El desmembramiento de la cristiandad con el surgimiento de la Reforma protestante, la introducción de la imprenta, entre 1460 y 1480, y la consiguiente difusión de la cultura fueron uno de los motores del cambio. El determinante, sin embargo, de este cambio social y cultural fue el desarrollo económico europeo, con los primeros atisbos del capitalismo mercantil. En este clima cultural de renovación, que paradójicamente buscaba sus modelos en la Antigüedad Clásica, surgió a principios del siglo XV un renacimiento artístico en Italia, de empuje extraordinario, que se extendería de inmediato por Hungría y a otras naciones de Europa.

La Fornarina, pintura de Rafael, expuesta en el Palacio Barberini de Roma. En el Renacimiento se afianza el retrato como género autónomo. Aquí se aprecia además el interés por el desnudo, procedente del arte clásico, dando como resultado una imagen heroica de la dama representada.

El artista tomó conciencia de individuo con valor y personalidad propios, se vio atraído por el saber y comenzó a estudiar los modelos de la antigüedad clásica a la vez que investigaba nuevas técnicas (claroscuro en pintura, por ejemplo). Se desarrollan enormemente las formas de representar la perspectiva y el mundo natural con fidelidad; interesan especialmente en la anatomía humana y las técnicas de construcción arquitectónica. El paradigma de esta nueva actitud es Leonardo da Vinci, personalidad eminentemente renacentista, quien dominó distintas ramas del saber, pero del mismo modo Miguel Ángel Buonarroti, Rafael Sanzio, Sandro Botticelli y Bramante fueron artistas conmovidos por la imagen de la Antigüedad y preocupados por desarrollar nuevas técnicas escultóricas, pictóricas y arquitectónicas, así como por la música, la poesía y la nueva sensibilidad humanística. Todo esto formó parte del renacimiento en las artes en Italia.

Pintura

Artículo principal: Pintura renacentista
El Nacimiento de Venus, obra de Botticelli, conservada en la Galleria degli Uffizi, Florencia. El paganismo se introduce en el arte renacentista como contrapunto al mundo hermético y cerrado del medievo en el que Dios era el fin de todo. El ser humano en su individualidad y diversidad será a partir de ahora el objeto máximo del interés de los artistas.

En pintura, las novedades del Renacimiento se introducirán de forma paulatina pero irreversible a partir del siglo XV. Un antecedente de las mismas fue Giotto (1267-1337), pintor aún dentro de la órbita del Gótico, pero que desarrolló en sus pinturas conceptos como volumen tridimensional, perspectiva, naturalismo, que alejan su obra de los rígidos modos de la tradición bizantina y gótica y preludian el Renacimiento pictórico.

En el Quattrocento (siglo XV), se recogen todas estas novedades y se adaptan a la nueva mentalidad humanista y burguesa que se expandía por las ciudades-estado italianas. Los pintores, aun tratando temas religiosos la mayoría de ellos, introducen también en sus obras la mitología, la alegoría y el retrato, que se desarrollará a partir de ahora enormemente. Una búsqueda constante de los pintores de esta época será la perspectiva, objeto de estudio y reflexión para muchos artistas: se trató de llegar a la ilusión de espacio tridimensional de una forma científica y reglada. La pintura cuatrocentista es una época de experimentación; las pinturas abandonan lenta y progresivamente la rigidez gótica y se aproximan cada vez más a la realidad. Aparece la naturaleza retratada en los fondos de las composiciones, y se introducen los desnudos en las figuras. Los pintores más destacados de esta época serán: en Florencia, Fra Angélico, Masaccio, Benozzo Gozzoli, Piero della Francesca, Filippo Lippi, Paolo Uccello. En Umbría, Perugino. En Padua, Mantegna, y en Venecia Giovanni Bellini. Por encima de todos ellos destaca Sandro Botticelli, autor de alegorías, delicadas Maddonas y asuntos mitológicos. Su estilo dulce, muy atento a la belleza y sensibilidad femeninas, y predominantemente dibujístico, caracterizan la escuela florentina de pintura y toda esta época. Otros autores del Quattrocento italiano son Andrea del Castagno, Antonio Pollaiuolo, il Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cima da Conegliano, Luca Signorelli, Cosme Tura, Vincenzo Foppa, Alessio Baldovinetti, Vittore Carpaccio, y en el sur de la península, Antonello da Messina.

Escultura

Artículo principal: Escultura del Renacimiento

Como en las demás manifestaciones artísticas, los ideales de vuelta a la Antigüedad, inspiración en la naturaleza, humanismo antropocéntrico e idealismo fueron los que caracterizaron la escultura de este período. Ya el Gótico había preludiado en cierta manera algunos de estos aspectos, pero algunos hallazgos arqueológicos (el Laocoonte, hallado en 1506, o el Torso Belvedere) que se dieron en la época supusieron una auténtica conmoción para los escultores y sirvieron de modelo e inspiración para las nuevas realizaciones.

El condotiero Gattamelata, en Padua, por Donatello. El monumento ecuestre conmemorativo apenas sobrevivió a la Antigüedad. La plástica renacentista recupera esta tipología típicamente romana y la aplica, en este caso, al héroe característico de la época: el condotiero o capitán mercenario.
Detalle de la Puerta del Paraíso, en el Baptisterio de Florencia, obra de Lorenzo Ghiberti. Fue Miguel Ángel quien, admirado por la perfección de los relieves de esta puerta, dijo que merecería ser la del propio Paraíso. La yuxtaposición de diversos episodios en una misma escena es un rasgo arcaico, superado no obstante por el mesurado naturalismo y la novedosa sugerencia del paisaje.

Aunque se seguirán haciendo obras religiosas, en las mismas se advierte un claro aire profano; se reintroduce el desnudo y el interés por la anatomía con fuerza, y aparecen nuevas tipologías técnicas y formales, como el relieve en stiacciato (altorrelieve con muy poco resalte, casi plano) y el tondo, o composición en forma de disco; también la iconografía se renueva con temas mitológicos, alegóricos y heroicos. Aparece un inusitado interés por la perspectiva, derivado de las investigaciones arquitectónicas coetáneas, y el mismo se plasma en relieves, retablos, sepulcros y grupos escultóricos. Durante el Renacimiento decae en cierta manera la tradicional talla en madera policromada en favor de la escultura en piedra (mármol preferentemente) y se recupera la escultura monumental en bronce, caída en desuso durante la Edad Media. Los talleres de Florencia serán los más reputados de Europa en esta técnica, y surtirán a toda Europa de estatuas de este material.

Los dos siglos que dura el Renacimiento en Italia darán lugar, igual que en las demás artes, a dos etapas:

El más importante de ellos es Donatello (1386-1466), gran creador que partiendo de los supuestos del Gótico establece un nuevo ideal inspirado en la grandeza clásica. Suyo es el mérito de rescatar el monumento conmemorativo público (su Condotiero Gattamelata, es una de las primeras estatuas ecuestres de bronce desde la Antigüedad), la utilización heroica del desnudo (David) y la intensa humanización de las figuras, llegando al retrato en ocasiones, pero sin abandonar nunca una orientación claramente idealista.

La Piedad del Vaticano, de Miguel Ángel, encargada por el cardenal francés Jean Bilhéres de Lagraulas para su sepultura, hoy en la Basílica de San Pedro. El idealismo e impasibilidad de los dioses clásicos se traslada aquí a un tema cristiano; la serena belleza de María y de Cristo apenas se ve alterada por el dolor o la misma muerte.
  • Cinquecento (siglo XVI). Esta época está marcada por la aparición estelar de uno de los escultores más geniales de todos los tiempos, Miguel Ángel Buonarrotti (1475-1564). Hasta tal punto marcó la escultura de todo el siglo, que muchos de sus continuadores no fueron capaces de recoger todas sus novedades y éstas no se desarrollarán hasta varios siglos después.

Miguel Ángel fue, como tantos otros en esta época, un artista multidisciplinar. Sin embargo, él se consideraba preferentemente escultor. En sus primeras obras recoge el interés arqueológico surgido en Florencia: así, su Baco ebrio fue realizado con intención de que aparentara ser una escultura clásica. Igual espíritu se aprecia en la Piedad, realizada entre 1498-1499 para la Basílica Vaticana. Protegido primero por los Médicis, para los que crea las Tumbas Mediceas, soberbio ejemplo de expresividad, marchará luego a Roma donde colaborará en los trabajos de construcción de la nueva Basílica. El pontífice Julio II lo toma bajo su protección y le encomienda la creación de su Mausoleo, denominado por el artista como «la tragedia de la sepultura» por los cambios y demoras que sufrió el proyecto. En las esculturas hechas para este sepulcro, como el célebre Moisés, aparece lo que se ha venido denominando terribilitá miguelangelesca: una intensa a la vez que contenida emoción que se manifiesta en anatomías sufrientes, exageradas y nerviosas (músculos en tensión), posturas contorsionadas y escorzos muy rebuscados. Los rostros, sin embargo, suelen mostrarse contenidos. En sus obras finales el artista desdeña de la belleza formal de las esculturas y las deja inacabadas, adelantando un concepto que no volvería al arte hasta el siglo XX. Miguel Ángel continúa con la tradición de monumentos públicos heroicos y profanos que inició Donatello y la lleva a una nueva dimensión con su conocido David, esculpido para la Piazza della Signoria de Florencia.

En los años finales de la centuria, la huella de Miguel Ángel tiene sus réplicas en Benvenuto Cellini (Perseo de la Loggia dei Lanzi de Florencia, espacio concebido como museo de escultura al aire libre), Bartolomeo Ammannati, Giambologna y Baccio Bandinelli, que exagerarán los elementos más superficiales de la obra del maestro, situándose plenamente todos ellos en la corriente manierista. Destaca en esta época también la saga familiar de los Leoni, broncistas milaneses al servicio de los Habsburgo españoles, auténticos creadores de la imagen áulica, un tanto estereotipada, de estos monarcas. Su presencia en España llevará allí de primera mano las novedades renacentistas, extendiendo su influjo hasta la escultura barroca.

Edad medieval

LA EDAD MEDIA

la-sociedad-edad-media.jpg


El primer grupo está constituido por la nobleza guerrera. A ella pertenecen el rey y los grandes señores feudales (nobles), propietarios de extensos feudos. También podemos incluir dentro de ella a los caballeros, aunque no poseen ningún feudo y son vasallos de otro señor, ya que no tienen que trabajar y son capaces de mantener un caballo y poseen armas propias. Dentro de este grupo hay a la vez muchos niveles de poder en función del vasallaje establecido entre ellos, siendo siempre los de más bajo nivel los caballeros.

El segundo grupo estaría formado por los eclesiásticos. Este grupo a su vez puede dividirse en otros dos:

* Los altos prelados (cardenales, arzobispos, obispos y abades). Solían ser los segundos o terceros hijos de los nobles. También fueron en muchas ocasiones titulares de señoríos.

* Los monjes y clérigos. Solían ser los hijos de campesinos libres, que buscaban en la mayoría de los casos un medio para salir de la miseria. Los monjes vivían en monasterios,que eran feudos y tenían los mismos privilegios que éstos, gobernados por un abad, apartados de la vida cotidiana y dedicados al rezo y al trabajo. En esta época, algunos eran los únicos que tenían cultura, y gracias a ellos conocemos hoy muchos libros que se encargaron de copiar e ilustrar, llamados códices. Los sacerdotes sin embargo no trabajaban, y vivían en el castillo o en la villa cercana al mismo.

El tercer grupo está formado por los que trabajan, siendo en su mayoría campesinos aunque podían practicar otras profesiones. Vivían en el castillo o en las aldeas que éste tenía alrededor, bajo la protección del señor feudal. Los campesinos formaban dos grupos bien diferenciados:

* Los villanos, que habitaban las aldeas y villas. Eran hombres libres, aunque sometidos al vasallaje del señor. Cultivaban sus propias tierras o las del señor.

* Los siervos de la gleba, que trabajaban las tierras que el señor o el monasterio se quedaba para él. No eran libres, ya que no podían abandonarla nunca. Si se vendía o regalaba la tierra a otro señor o a la iglesia estos siervos eran vendidos o regalados con ella. Trabajaban solo por la comida y la casa y todo lo que producían era de su amo. Eran como esclavos.

La situación de los campesinos era dramática en años de malas cosechas, ya que el señor o el monasterio exigían siempre, por las buenas o por las malas, el pago de las rentas. Además el señor feudal (noble o clérigo) era el que impartía justicia en su feudo, con lo que nunca perdonaba y siempre que tomaba una decisión era en su beneficio. Por ello durante la Edad Media hubo frecuentes revueltas campesinas.

Si tienes dudas sobre el significado de alguna palabra pincha AQUÍ

http://es.wikipedia.org/wiki/Edad_Media

Datos personales

Mi foto
nuca creas lo q la vida te pinta pq debes creer lo q tu pintas en tu vida o en la vida de alguien mas !!!